Nuestras enfermedades cuentan nuestra historia

El concepto de memoria celular abarca el cúmulo de información guardada en nuestros cuerpos sutiles (emocional, espiritual, energético) en un sistema semejante a una bio-computadora.

Absolutamente toda experiencia de nuestra vida, las que recordamos y las que no, dejan su registro en nuestra memoria celular.
La memoria celular también nos conecta a la información que recibimos de nuestros antepasados, a las expectativas y los mandatos familiares.
En especial las experiencias traumáticas afectan nuestra memoria celular en diferentes niveles. Eventualmente se manifestaran como “cortocircuitos energéticos” en nuestra red de meridianos.

SANAR es, en este sentido, liberar la información estancada en nuestra memoria celular, reemplazarla y actualizarla con la vivencia y el sentir actual.

Por otro lado el término Memoria Celular® es el nombre que se adoptó en los países sudamericanos para referirse a “Specialized Kinesiology”, un sistema de trabajo de medicina energética cuya herramienta principal es el Testeo Muscular de Precisión. El sistema de Memoria Celular® nos ayuda a identificar los bloqueos energéticos en nuestra “bio-computadora”. Una vez identificados, podremos también “preguntarle al cuerpo” qué necesita para desbloquear la energía y permitir que esta vuelva a fluir armoniosamente otra vez.

¿Por qué nos enfermamos de lo que nos enfermamos?

Cuando no atendemos esos registros almacenados en nuestra memoria-celular, en planos más sutiles, el conflicto se materializa y toma cuerpo en nuestro físico: en otras palabras nos enfermamos.
¡No! De ninguna manera se trata de una tómbola.
¿Por qué me dió cáncer de pulmón?
¿Yo diabetes, por qué?
Esta escoliosis es un castigo!

Nuestro cuerpo “habla” constantemente, y las enfermedades que manifestamos cuentan nuestra historia.
En las sesiones de Sanación Emocional Profunda, nuestra memoria celular habla: memorias, imágenes, olores, todo tipo de sensaciones, que hasta ese entonces creíamos olvidados, se vuelven conscientes. Y al hacerlo, reconectamos los cortocircuitos y liberamos la experiencia que los generó.
En este proceso “actualizamos” la información de nuestra memoria celular y liberamos los patrones de conducta que los eventos traumáticos generaron en nosotros para asi darnos una nueva oportunidad de tener una vida más sana, amorosa y plena.

 

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