Toma nota de las palabras que usas habitualmente en tu vida, en tu día… pueden, ¿son capaces estas palabras traer salud y abundancia? ¿O son palabras que enferman, enlentecen, pesan?

Para sanar una enfermedad o para superar un problema te propongo comenzar a cambiar tus palabras. Las palabras con las que te refieres a lo que te está pasando.

Por ejemplo, si hablas de mi cáncer, o mi diabetes lo estás haciendo tuyo, lo estás haciendo personal… ¡No te lo adueñes! qué te parece hablar de «el cáncer» o incluso hablar de «el desafío de salud» que estás transitando.

Las palabras que utilizamos nos empoderan o nos quitan nuestro poder frente a los desafíos y situaciones.

Las palabras que utilizamos construyen y moldean la forma en que vivimos nuestras experiencias.

Las palabras son como la ropa con la que nos vestimos… a veces tenemos que cambiar la ropa en nuestro armario, porque ya ropa que tenemos ya no nos representa…

¡Lo mismo pasa con las palabras!  Para crear una realidad diferente… ¡quizás tengamos que usar palabras diferentes! ¡Que las palabras “representen” la realidad que queremos crear en nuestra vida!

¿De qué palabras estamos “vistiendo nuestra vida?

Te propongo un ejercicio… Presta atención a tus palabras habituales… ¿Cómo te refieres a ti mismo, como te refieres a tus hijos, a tu pareja a tu trabajo? Sin juzgarte ni juzgar…

Primero IDENTIFICA tus palabras-ropa cotidianas…
Nota como estas palabras te hacen sentir…

¿Podrías cambiarlas por palabras que empoderan?
¿Con qué palabras te gustaría construir tu realidad?

Escribe 10 palabras con las que te gustaría describir tu realidad…
¡Comienza a incluirlas e incorporarlas a tu vida! “Vestí” tu realidad con las palabras que queres verla!