EFT está diseñado específicamente para trabajar las emociones, por ello es La Técnica de Liberación Emocional.

Pero por supuesto, trabajando las emociones vamos a mover todo lo demás que está desequilibrado.

Lo que va hacer EFT en lo físico es ayudar a liberar. Yo puedo decir, por ejemplo: “Yo sé que esto que siento en el hombro es porque tengo mucha sobrecarga” Uno puedo saber o pensar o creer saber cuál es la emoción que hay por detrás de alguna cuestión física.

Por otro lado está el cómo me hace sentir tener este dolor en el hombro.

Entonces puedo pensar que más allá de la razón “sobrecarga” que siento en el hombro, puede trabajar sobre cómo me hace sentir “La sobrecarga en el hombro”:   enojada, limitada, frustrada, impotente o un montón de cosas más, entonces qué va a pasar?

Puedo hacer la técnica de la araña a todo eso que el hombro me hace sentir porque en eso que el hombro me hace sentir hay como una carga extra donde la energía se dispersa y no permite tener esa energía disponible para sanar.

Es como si el cuerpo tuviera que lidiar con que ese hombro me tiene frustrada, enojada, triste, impotente y entonces toda la energía vital que podría utilizar para agilizar la recuperación de ese hombro se dispersa y no está disponible para que el cuerpo físico haga que naturalmente sabe hacer, que es sanar.

Por otro lado, puedo preguntarme si mi hombro me estuviese diciendo algo…

  • ¿Qué me está queriendo decir?
  • ¿Si este hombro con dolor tuviese un mensaje, que me quiere decir?
  • ¿para qué me duele el hombro?
  • ¿qué actitud mía mantiene a mi hombro en sobrecarga?

Y luego trabajar sobre las respuestas que voy encontrando.

Cuando trabajamos con EFT para el cuerpo físico, lo que va a pasar es que a medida que limpiamos todas las emociones que hacen a la periferia del tema físico en cuestión, habrá más energía disponible para que el proceso de sanación llegue más rápido y más fácil al cuerpo.

Entonces, si lo que busco sanar del cuerpo físico es un proceso crónico o de larga data tendré que esperar y darle ese changüí de tiempo a que el cuerpo físico mueva toda su estantería y maquinaria en sanar. Y aun así, podemos pensar que va a ser mucho más rápido que sin EFT.

EFT acorta los procesos del cuerpo físico.

Quizás, el proceso de recuperación de mi hombro sin Tapping era un proceso de un mes y con Tapping es un proceso de una semana o de diez días.

He trabajado con gente por ejemplo, un hongo en el dedo del pie donde ya habían probado de todo y de repente hacemos una sesión, vemos, miramos en profundidad … y un mes más tarde me cuenta: “Sabes qué? se me fue el hongo! Después de la sesión ya no le hice más nada, ya le saqué el peso energético… ¡y se fue! “

Entonces pasa eso: a lo mejor no fue inmediato, no fue al otro día…sin embargo en la sesión movimos lo energético…y en el tiempo, el cuerpo físico manifiesta este movimiento también.

El sobrepeso es un buen ejemplo:

Si tu intención es: “Hago una sesión por el sobrepeso y salgo de la puerta del consultorio y tengo 30 kilos menos”

… y no, no vas a pesar menos kilos físicos después de la sesión, lo que vas a tener es menos “piedras energéticas” que hacen que no puedas bajar ese peso que quieres bajar.

Al mover en la sesión las piedras energéticas del camino, vas a bajar el peso con otra naturalidad que no te esperabas, y vas a empezar a vivir con otra liviandad. Después de la sesión, tendrás una frase de anclaje que te conecte con el vivir en liviandad, con liviandad, sentirte cómoda con tu cuerpo y entonces todo eso va a ir acompañando ese proceso de movimiento de piedras energéticas al sobrepeso …. un mes más tarde, y con otra naturalidad…te encuentras bajando peso…

Es decir, cuando trabajamos EFT con el cuerpo físico, va a llegar al cuerpo físico. Aunque no necesariamente en el tiempo y forma en que la cabeza pensaba que iba a ser. ¡Paciencia! ¡No te frustres!

No pienses que, si algo no baja en lo físico con la misma rapidez que una emoción, es debido un revés psicológico o un beneficio secundario. Puede que realmente requiera más tiempo, porque es físico y es más denso que una emoción, o un recuerdo, que no tienen densidad material.

En vez de frustrarte, agradécele a tu cuerpo que cuando algo llega al cuerpo físico, nos está diciendo que estamos preparados para verlo y para sanarlo.

El cuerpo físico nos está indicando un desorden más importante, más profundo ya que cuando algo llegó hasta el cuerpo físico es porque ya había otros niveles de desorden más sutiles, que probablemente no pudimos o no supimos escuchar.

El desorden no comenzó en el cuerpo físico, sino que ya venía con niveles de desorden hasta que llegó a manifestarse, densificarse en el cuerpo físico.

Cuando comenzamos a mover y a ordenar generaremos un nuevo orden interno, un movimiento de liberación emocional, va hacer que ese dolor físico, esa sobrecarga en el hombro, ese hongo, ese dolor de cabeza, vayan perdiendo el peso energético o emocional en que se sostenían.

Ya que el cuerpo físico es la punta del iceberg, entonces este nivel será el último en mostrar el nuevo orden, porque todo el movimiento energético tiene que llegar a este cuerpo físico.

Sanando el malestar físico estamos de hecho sanando el triángulo entero.

Aprender a agradecerle a nuestro cuerpo físico, que nos va indicando por donde ir, marcando el camino a la sanación profunda.