¿Cuando realizarlo?

  • Cuando nos sentimos cansados, pesados, agotados
  • Cuando regresamos del trabajo
  • Cuando hemos estado expuestos a mala onda, chusmerío, envidia
  • Cuando trabajamos muchas horas con computadoras
  • Cuando venimos de algún lugar o situación difícil
  • Acompañar a alguien al hospital, un velorio
  • Después de una discusión.

Como proceder

Imaginaremos que nuestra mano es un rastrillo, imaginaremos que nuestro cuerpo está rodeado de telas de arañas pegajosas y pegoteadas. Utilizaremos nuestra mano-rastrillo para rastrillar nuestro cuerpo. A medida que avanzamos, hacemos una bola de telas de araña y las tiramos: entregamos estas telas de arañas a (elegir lo más apropiado para la situación):

  • La Naturaleza (si lo hacemos en un parque, al aire libre, o antes de entrar a casa);
  • El Fuego (una llama encendida, o una salamandra);
  • El Agua (una canilla abierta, el agua de la ducha mientras nos bañamos).

La Naturaleza, el Fuego y el Agua tienen la capacidad de transmutar todo esto que no nos sirve, y de lo que ya no necesitamos hacernos mas cargo.

Entonces, con la intención de que estas fuerzas elementales transmuten todo lo que no nos sirve (propio o ajeno y de lo que consciente o inconscientemente nos hacemos cargo), subimos progresivamente la mano-rastrillo por nuestro cuerpo:

  • Rastrillamos telas de araña de una pierna y de la otra
  • Rastrillamos telas de araña por detrás: de la espalda baja, media, alta, de los hombros y del cuello
  • Rastrillamos telas de araña por adelante: de los órganos sexuales, de la panza, del hígado, del pecho, del corazón, de la garganta
  • Rastrillamos telas de araña de la cabeza, del contenido de la cabeza, de las orejas, de los ojos, de la boca
  • Rastrillamos telas de araña de los brazos

Cuando terminamos de sacar telas de arañas, sacudimos las manos.
Volvemos a notar cómo nos sentimos. Probablemente mucho más livianos!