Durante mucho tiempo entendí a nuestra niñez como un espacio donde aprendemos a defendernos y a cuidar nuestra luz interior para que algún día esta luz despierte en nosotros nuevamente y nos ayude a ser adultos felices.

Pensaba que de alguna manera lo que nos tocó vivir de niños fue en detrimento de esta luz y por lo tanto aprendemos técnicas para defender esa luz. Estas técnicas y estrategias desarrollan nuestra personalidad.

Me sorprendía cuando veía gente con historias dificilisimas en su niñez y me preguntaba cómo hacían para funcionar en su vida adulta de forma más o menos sana con semejante pasado?!

Hoy mi entendimiento se va completando y veo que la niñez no es solamente la instancia donde forjamos nuestra personalidad, es decir las estrategias que nos ayudarán a cuidar y a proteger nuestra luz interior, sino que es también la instancia donde descubriremos y haremos primer contacto con nuestro poder personal.

La vida nos apoya siempre y siempre nos apoyó, desde el minuto cero.

La vida nos apoya, y TODO lo que vivimos es parte de este apoyo. La vida nos presentara, a su debido tiempo, todo aquello que necesitamos, nos irá develando nuestra caja de herramientas, lo que necesitaremos para expandir nuestro propósito y nuestra misión… cuando sea el momento.

Nuestra niñez es parte de nuestra preparación.

Venimos a esta Tierra como seres únicos e irrepetibles, cada uno de nosotros viene a algo, cada uno de nosotros tiene un rol, una función, un “contrato sagrado” a cumplir. Nuestro rol es guardado en esa “luz”, es nuestro tesoro, aquello que nos hace únicos, y necesarios por nosotros mismos.

No sólo cuando vivimos experiencias que nos gustan o nos hacen sentir bien es que la vida nos apoya es decir no solamente las cosas que nos gustan son las cosas a nuestro favor, muchas veces las situaciones más difíciles que nos tocó vivir son aquellas donde más aprendemos sobre nosotros mismos y sobre nuestro Poder Personal.

Podemos victimizarnos ante la vida y ante lo difícil y sentir “Pobrecito yo… que me tocó vivir semejante infancia” o podemos rescatar El Poder Personal que haber vivido semejante infancia nos regaló o nos hizo conscientes de que teníamos.

Cuando nacemos no somos conscientes de nuestro Poder Personal y quizás es justamente a través de los eventos de nuestra vida donde tomamos conciencia de nuestro poder.

Entonces podemos mirarnos desde el niño herido – víctima de sus circunstancias- y leer nuestra vida desde allí o podemos elegir rescatar las lecciones sobre nuestro Poder Personal que aprendimos de nosotros mismos en los eventos.

Qué aprendí sobre mi propio poder personal?? No sólo sobre la vida, sobre el otro, sino sobre mi propio poder? Ese es el valor de los eventos que nos tocó vivir!! Son una puesta en práctica, en marcha, de nuestro poder personal.

Ahora como adultos que buscamos crecer y vivir una vida plena y con sentido se nos pide: soltar y sanar al niño herido, e integrar las herramientas y habilidades que nuestra niñez nos dejó (poder personal). Se nos pide recordar nuestra luz interior y nuestra misión y tomar lo mejor de nuestros aprendizajes y ponerlos al servicio de esta luz.

En las palabras de mi queridisima Caroline Myss

“You are not born knowing Who you are.
This life is a journey of discovery”

“No nacemos sabiendo quienes somos,
esta vida es un Viaje de Descubrimiento de quien realmente somos.”

Si estás listo para sanar tu niño interior y conectar con tu propio poder personal… sumate al retiro que guío en Córdoba, dos veces al año, en enero y en julio!
Para conocer más sobre “Sanando el niño interior” hace clic aqui.