Feliz y agradecida regreso a Traslasierra luego de una hermoso fin de semana en el retiro para el amor propio que guiamos con Luana Hervier.

A través del yoga, el movimiento energético, las sesiones de memoria celular en círculo, las charlas específicas, el encuentro alrededor del fuego y la deliciosa comida que compartimos… fueron tres días súper nutritivos para el cuerpo y para el alma.

En este retiro nos dimos cuenta qué amor propio no es autocomplacencia y no es ser egoísta… sino todo lo contrario!

El amor propio es la forma sana de poder estar presentes y disponibles para dar lo mejor de nosotros a cada momento. En este retiro aprendimos que podemos delegar, pedir ayuda, escuchar nuestro cuerpo cuando estamos cansados. Aprendimos que podemos escuchar nuestras necesidades y hablar de lo que sentimos con confianza y amorosidad. Una de nuestras claves para lograrlo es CONFIAR EN NUESTRA SABIDURÍA INTERIOR que nos guía y nos conecta con los que nos sucede y con lo que necesitamos a cada instante.

La otra clave que trabajamos fue SENTIRNOS BIEN CON NOSOTROS MISMOS es decir soltar la culpa de hacer lo que necesitamos y permitirnos disfrutarlo, hacer con confianza y encontrar confianza en la acción. Hacer para nuestro bienestar e incluirnos a nosotros mismos en nuestras elecciones. Permitirnos nuestras necesidades y nuestros deseos y permitir también que nuestra alma se exprese y se expanda. Confiando en nuestra sabiduría interior vibramos desde el amor a nosotros mismos para que este amor se expanda e irradie a los seres de nuestro entorno. Elegir cuidarnos cada día posibilita a los demás esta elección también. Elegir ocuparnos de nuestro bienestar y de nuestra felicidad cada día, con pasos pequeños, cotidianos, chiquitos, posibles.

A cada momento tenemos la posibilidad de elegir y en cada momento podemos aprender incluirnos en nuestras decisiones.

Podemos elegir decir que no cuando no queremos, podemos elegir pedir ayuda cuando estamos estresados, o cuando no sabemos cómo hacer las cosas, podemos elegir delegar, podemos permitir que otros se encarguen, podemos confiar que el otro también sabe, aunque lo haga distinto… Podemos repartir la carga de nuestros hombros! Quizás no hace falta que carguemos el peso del mundo y todas sus responsabilidades en nuestra espalda.

Quizás, si compartimos las responsabilidades «hacia afuera» tendremos energía para ocuparnos de las responsabilidades «hacia dentro». Comprometernos con nuestra alma, con nuestro ser y con nuestro cuerpo es el compromiso primario que nos garantiza estar disponibles  para ayudar a los demás.

Luego de este retiro para el amor propio,  volvemos a casa inspirados, esperanzados, livianos, con ganas y con herramientas para dar nuevos pasos amorosos hacia nuestro bienestar.

En las palabras atribuidas a Buda que cito en mi libro Sanación Profunda: «Tú, tú mismo, tanto como cualquiera en el universo entero merece tu amor y tu afecto».