El Fuego nos conecta con la alegría de vivir, con la felicidad, con la sensación de plenitud.
El Fuego nos conecta con nuestra capacidad de reírnos de la vida y de nosotros mismos.
El Fuego nos compromete a vivir nuestra vida, nos habla del equilibrio entre cuidar y hacernos cargo de los demás y cuidar y hacernos cargo de nosotros mismos. Nos habla, entonces de nuestra capacidad de poner límites sanos.
El Fuego nos habla de nuestra capacidad de relacionarnos, de establecer vínculos de pareja. Nos habla también de nuestra capacidad de comprometernos.
El Fuego nos habla de nuestra capacidad de pedir, dar y o recibir ayuda.
El Fuego nos habla de lo que (¡Todavía!) tenemos que aceptar de nosotros mismos y de los demás para poder amar y amarnos incondicionalmente.
El Fuego nos trae armonía y equilibrio en nuestra vida.
El Fuego nos hablan de nuestro compromiso con nosotros mismos, de nuestra certeza interior de que nosotros (también) merecemos una vida Plena y Feliz.