El camino del corazón implica que hay más de un camino.

Nos paramos en la encrucijada. Tenemos que decir que camino seguir. Es una decisión. Y cada decisión viene con un “paquete de consecuencias.”

Como los libros que leía en mi adolescencia, de la serie “Elige tu propia aventura” …o las actuales películas de Netflix, donde el espectador toma decisiones que desarrollan diferentes finales.

La vida es así también, a cada momento. No hay decisión sin consecuencia.

Todo en la vida es decisión. Y no hay decisiones pequeñas. Todas son importantes.

¿Somos conscientes de ello? ¿Desde donde decidimos lo que decidimos?

Un camino nos llevará …a complacer a otros, a esforzarnos por ser quienes no somos, a mostrarnos o a probarnos, a intentar convencer o convencernos, a justificar nuestras acciones para que nos acepten… Es probable que para transitar este camino cargue mi mochila de responsabilidades “hacia afuera”, de compromisos con los otros, de palabras como “debo y tengo” y venga acompañado de dolor, infelicidad, descontento, frustración, enojo, inseguridad, quejas, reclamos y una sensación de vacío que no importa lo que hagamos, no es suficiente …no lo podemos llenar con nada….ah…las consecuencias de nuestras decisiones…

El otro camino… ¡es quizás el más desconocido y menos transitado! Nos propone un desafío: el de escucharnos a nosotros mismos, escuchar nuestras necesidades… Para recorrerlo pondré en mi mochila “siento, necesito, quiero… “: palabras que me ayuden a caminar un camino más auténtico conmigo mismo.

En este camino, recorreré paisajes de incertidumbre, transitaré miedos y necesitaré de mucho coraje, certeza, concentración, conexión. Este camino nos propone el desafío de SER nosotros mismos, y elegir decisiones que DINAMICAMENTE me conecten a mi destino. Avanzar es permitirse decidir diferente, para dejar de volver siempre al mismo punto.

El segundo es el camino que te invito a recorrer, el camino de ser responsables “hacia adentro. Para ello primero sincerarnos con vos misma… ¿Que en tu vida parece estar en un “loop” (o circuito cerrado)? ¿Decidís siempre desde el mismo lugar y recibís siempre el mismo tipo de consecuencias de tus decisiones? ¿¿¿¿Te sorprende???? ¡No debería…!

Te invito a explorar las actitudes que ya no te sirven, las actitudes que te mantienen estancado, tomando decisiones que te regresan al punto de partida cada vez.

Como decía al principio, no hay decisiones pequeñas.

Cada decisión nos pone en la encrucijada de decidir y hacernos cargo de las consecuencias.

Y esto es válido… para elegir que desayunamos cada mañana, para cambiar de trabajo, para aguantar a mi novio. Es valido para elegir el tono con que respondemos un comentario, para sentirnos merecedores de pedir un taxi un día de lluvia, para permitirnos quedarnos en cama si estamos cansados, para salir con amigos si mi pareja no me acompaña o para pedir el turno y hacerme los análisis de rutina.

Todo en la vida es elección y consecuencia. Y entre las dos, la encrucijada.

¿Desde donde decidimos lo que decimos?

Te propongo activar en vos nuevas actitudes, que te den la posibilidad de decidir diferente, y avanzar así al encuentro de tu destino.

De eso se trata “El camino del corazón”.