Quizás hayas decidido » cortar con todos» » dejar de hablar con aquellos que te hicieron sufrir» » sacarlos de tu vida»… Pero… ¿Están todavía en tu cabeza? ¿Discutes con ellos cada mañana? ¿Le reprochas a tu esposo lo que hubieras necesitado de tu papa?

Entonces…tu niño herido sigue presente en tu vida, y sigue determinando tu respuesta emocional HOY. No necesariamente con tus padres, o tus hermanos, sino con los seres de tu vida hoy. Con tus hijos, con tu pareja, con tus amigos…

¿Por qué es relevante entonces sanar nuestro niño herido?

¡Para dejar de sufrir por los tormentos del pasado! (Que si ya los re viviste mil veces en tu cabeza, es probable que además estén sobre dimensionados, agrandados, exagerados…)
Para disfrutar tu vida hoy, con una nueva aceptación de lo que hubo, de lo que fue…y de lo que puede haber…si ACEPTAS y SUELTAS…

Pero soltar en serio, no simplemente sacarlos de tu vida, o sacarte vos de su vida…

Deja de perder el tiempo en resentimientos, culpas y reproches…
Sana por vos, sana por tus hijos, sana por tus seres queridos…nunca es tarde para creSER.

Sanar el niño interior es una oportunidad y una decisión.

Las percepciones que tuvimos en nuestra primera infancia fueron moldeando nuestra personalidad, asegurándonos que nuestras necesidades básicas de cuidado, protección y afecto sean suplidas por los adultos responsables de nuestro cuidado.

Nuestra personalidad nos ayudó a “sobrevivir “exitosamente hasta ahora… sin embargo, llega un momento en nuestras vidas donde ya no nos alcanza con sobrevivir… buscamos crecer, madurar, desarrollarnos, ¡reencontrarnos con nuestro propósito!

En las cientos y cientos de sesiones de memoria celular que llevo hechas, veo una y otra vez como las experiencias de nuestra niñez nos condicionan, aun HOY, ya que aún están registradas en nuestra memoria celular de dos formas: por un lado, el evento en sí mismo, y por otro lado, la actitud de supervivencia que ese evento nos dejó.

¡Podemos limpiar y actualizar nuestra memoria celular, para dejar de “defendernos” y comenzar a crecer!

Podemos limpiar los patrones de supervivencia que todavía estén activos y comenzar a expresarnos desde una forma más sana y más plena, pudiéndonos sentirnos SEGUROS para ser quiénes somos y quienes vinimos a ser.

¡Sanar nuestro niño por nosotros mismos…y por nuestros hijos…!  Para cortar la cadena, sanar el árbol, dejar de repetir historias, cortar con los patrones, mandatos y lealtades de abandono, sufrimiento, culpa…

Cuando sana uno, sana el árbol… «Sanas porque sano, sano porque sanas» … lo que está en uno, está en todos.

Te propongo sanar en profundidad, desde tu memoria celular y aprender herramientas para vivir nuestra vida de forma más armoniosa y más amorosa, con el entorno y con vos mismo.

¡Por todo esto, y mucho más guío dos veces al año el retiro

“Sanando el niño interior”

¡Te espero cuando estés listo!